2011-10-20

Atando cabos - Hay que evitar que llegue Peña


Por Denise Maerker

El Universal.com.mx


Muchos no quieren (queremos) el regreso del PRI a la Presidencia por muchas y diferentes razones. Quizá la más importante es porque no hay signos de que se trate de un partido distinto del que gobernó a este país durante décadas. Todo lo contrario, se percibe entre los actuales priístas una genuina añoranza por las formas de antaño: la solemnidad, los rituales, el consenso obligado, la falta de debate, la imposición de la línea, el pragmatismo. Justo esta semana nos volvieron a dar una muestra de ello: Varios diputados priístas se habían pronunciado a favor de la reelección de diputados hace tres años cuando estaban en campaña, pero como Peña Nieto se opone a esa reforma, se alinearon y votaron en contra. En la Cámara no presentaron argumentos y tampoco pareció importarles, les bastó con tener la mayoría.

Otra razón de este rechazó de muchos –aunque minoritario según las encuestas– de que el PRI regrese a los Pinos, es la forma en que han gobernado los estados estos últimos años. En general, les sigue molestando la crítica y prefieren buscar formas de callarla. Cualquier reportaje revelador y crítico es sistemáticamente interpretado como parte de una campaña orquestada por alguien en su contra. Si se señala a Humberto Moreira porque hubo falsificación de documentos en el proceso de endeudamiento de Coahuila, los priístas nunca cuestionan el hecho sino la intención “oculta” de quienes lo revelan.

Los priístas siguen anteponiendo sus reglas y valores a las exigencias normales de una democracia: la reputación no es nada comparada a la lealtad. Por eso ni las conversaciones grabadas de Mario Marín en el caso de Lydia Cacho ni la torpeza y abusos del gobierno de Ulises Ruiz en Oaxaca fueron cuestionadas por los priístas, a ambos los defendieron a ultranza.

La cultura priísta es autoritaria y aunque se han tenido que adaptar a diferentes circunstancias siempre han tratado de limitar la pluralidad. Si no tenían mayoría en el Congreso local buscaron obtenerla, no a base de alianzas, sino cooptando individuo por individuo gracias a favores o prebendas.

Dicho esto ¿qué proponen los que quieren evitar a toda costa que llegue Peña Nieto? Poca cosa. Marcelo Ebrard insiste en que: es él encabezando una alianza electoral del PAN y del PRD o la restauración del viejo régimen. Más allá de que los números en las encuestas no muestran que esa sea realmente una opción ganadora ¿por qué sería una opción convincente? Después de todo ¿quiénes son los responsables de haber pavimentado el camino para el regreso del PRI? El PAN y el PRD. Si Ulises Ruiz siguió gobernando Oaxaca fue porque en el Senado los panistas no votaron por la desaparición de poderes en el estado, si Elba Esther sigue teniendo el poder que tiene es porque Vicente Fox y Felipe Calderón pactaron con ellos, si los sindicatos siguen siendo un pozo de oscuridad es porque Fox y Calderón se acomodaron con ellos. Si tantos parecen añorar al PRI es porque el PAN no ofreció una mística distinta ni un discurso fundacional y diferente. Si Pena Nieto les parece a tantos un oasis de paz y serenidad es porque PAN y PRD se enfrascaron desde el primer día del gobierno de Fox en una cruenta batalla que doce años después los tiene exangües.

La única alternativa que ven es movilizarnos a través del miedo: ellos o el regreso del PRI. La verdad es que se merecen el regreso del PRI, los que no nos lo merecemos somos todos los demás.

Con esta columna abro un paréntesis en mis colaboraciones en “El Universal”. Concentraré mi esfuerzo profesional en un proyecto que requiere toda mi concentración en los meses por venir. Pero es eso simplemente, sólo una pausa, después de la cual espero regresar a este mismo espacio y continuar esta vía de comunicación con los lectores.

2011-10-17

Proceso - Fallece el periodista Miguel Ángel Granados Chapa


Por Proceso.com.mx

MÉXICO, D.F. (apro).- El periodista hidalguense Miguel Ángel Granados Chapa, colaborador de Proceso y del diario Reforma, falleció la tarde de este domingo a los 70 años.

El viernes pasado, Granados Chapa anunció su retiro del periodismo, debido a una enfermedad que lo aquejaba desde hace varios años.

Ese día, de manera sencilla y escueta, en el último párrafo de su columna “Plaza Pública” en el diario Reforma, que tituló “De coalición a coalición”, apuntó: “Esta es la última vez en que nos encontramos. Con esa convicción digo adiós”.

Granados Chapa se despidió abordando uno de los temas de mayor controversia desde la semana pasada: la iniciativa de reforma planteada por el senador priista Manlio Fabio Beltrones para establecer gobiernos de coalición.

La columna “Plaza Pública” apareció en 1977 y en Reforma desde la fundación de ese rotativo, el 20 de noviembre de 1993.

El colaborador de Proceso, donde hasta septiembre pasado publicó su columna “Interés Público”, tenía varios años enfermo, motivo por el cual recientemente se despidió de sus programas de radio y TV en las estaciones de la UNAM, donde tenía un espacio del mismo nombre que se transmitía por las mañanas.

Granados Chapa fue subdirector editorial del diario Excélsior de Julio Scherer, donde empezó en 1976; también fue fundador y director-gerente de Proceso de 1976 a 1977; jefe de los noticieros del Canal 11 (1977), y director general de Radio Educación (1978-1979). El periodista fundó el diario La Jornada y fungió como director del mismo de 1988 a 1990. También fue director general de la revista Mira (1990-1994).

El 28 de febrero de 2008, Granados Chapa –quien luchó incansablemente por la conquista de las libertades periodísticas– fue elegido miembro de número de la Academia Mexicana de la Lengua, tomando posesión de la silla XXIX el 14 de mayo de 2009.

También recibió en tres ocasiones el Premio Nacional de Periodismo.

Granados Chapa recibiría el jueves próximo el Premio Nacional de Periodismo Carlos Septién García que otorga la escuela del mismo nombre.

La institución determinó otorgar el galardón al autor de la columna “Plaza Pública”, por considerar que su obra periodística es un aporte a la lucha de la libertad de expresión y a la comprensión de los temas de interés general por parte de la sociedad.

Entre los libros escritos por el periodista destacan Alfonso Cravioto, un liberal hidalguense, Votar, ¿para qué? manual de elecciones, Comunicación y política, ¡Nava sí, Zapata no!: la hora de San Luis Potosí: crónica de una lucha que triunfó, Constancia hidalguense y Fox & Co. biografía no autorizada.

2011-10-14

Atando cabos - El Gobierno compra productos milagro


Por Denise Maerker
El Universal.com.mx


¿Alguna vez ha caído en la trampa y ha comprado alguno de esos productos que prometen la figura más esbelta, un estómago plano, la piel más tersa o los músculos más visibles y potentes? Si le ha pasado, tranquilícese, porque no es el único, y además ya está acompañado por unos ingenuos de peso: Pemex, el Ejército Mexicano y varias policías estatales.

En tiempos de tanta violencia qué mejor forma de proteger a quienes se la juegan por el país que dándoles un aparatito, que cuesta unos 280 mil pesos, para que detecten a una buena y segura distancia armas, pólvora y todo tipo de drogas. La tentación, como en todos estos casos, es grande; ya no se requiere de mayor investigación ni arduos trabajos de inteligencia, un aparato basta para indicar dónde hay armas, droga y quién trae pegadas partículas invisibles de cualquier sustancia prohibida. El problema es que, al igual que las lociones mágicas no hacen que le salga pelo a los que llevan años calvos, este aparato no sirve de nada. Y no crea que es tan difícil de descubrir, la información abunda en la red y no sólo en artículos de periódico, también los trabajos serios como el del Entry Control and Contraband Detection Department del Sandia National Laboratories en Albuquerque, que desde 2002 ya había hecho experimentos para probar la capacidad de detección de explosivos de un aparato similar y había concluido que los mismos resultados se obtenían con el aparato que si alguien estuviera tratando de adivinar.

El lunes, El Universal publicó la historia de un indígena mixe, Ernesto Cayetano, que en un retén carretero en Veracruz, a principios de este año, fue bajado junto con los otros pasajeros del autobús en el que viajaba y un militar se paseó delante de ellos portando el GT200. Para desgracia de Ernesto Cayetano, la aguja lo señaló. Pasó ocho meses en la cárcel y salió gracias al buen trabajo de la juez Karla Macías Lovera, quien se puso a investigar y determinó que la aguja ésa no podía ser una prueba de cargo. Recurrió, entre otros, a la opinión del físico Luis Mochán, especialista en propiedades electromagnéticas de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). Mochán considera, y así se lo hizo saber, que ese aparato es una vacilada. Mochán dice que lo que hace el GT200 es “literalmente como la ouija, en el sentido que la gente lo mueve inconscientemente sin darse cuenta de qué lo mueve y lo hace de acuerdo a sus deseos, sus creencias o ideas”. La Comisión Nacional de Derechos Humanos ya alertó a las autoridades sobre las violaciones a los derechos humanos que se han provocando por la “creencia” en la efectividad de este aparato y atribuye parte del aumento de los cateos ilegales a que policías y militares confunden una “indicación” del GT200 con el descubrimiento de un delito que se está cometiendo en flagrancia.

No puede haber nada más atemorizador que ver a un aparato dirigir su antenita contra uno y quedar así marcado frente a todos y científicamente como parte de los malos. Hay poco qué decir frente a la ciencia, los policías y militares aceptan el resultado como una verdad incontrovertible y uno seguro acaba en la cárcel dudando de uno mismo. ¡Qué miedo! Porque la antenita ésa, es un hecho, se mueve según los prejuicios o humores de quien la carga.

Cuando nosotros caemos en la trampa y compramos la crema milagrosa o el aparato mágico perdemos dinero, pero cuando el Gobierno es el ingenuo, son mexicanos que acaban perdiendo meses de su vida en las cárceles y con sus familias dañadas.

¿Cuándo nos anuncia el Gobierno que ya dejaron de usar esa ouija? ¿Cuándo nos dicen cómo van a reparar todo el daño que ya se ha hecho?