Estaba pensando varios titulos para esta entrada, y no creo haber elegido el mejor, pero este podría resumir lo que se esta viviendo en esta semana.
El caso de la agresión sufrida por el delantero del club América de futbol; Salvador Cabañas a manos de un sujeto que le disparo en el bar Bar en la ciudad de México es una muestra de la opulente delincuencia que se vive en este país, aunque en este caso de una insultante y flagrante agresión a la tolerancia, y del inhumano desinterés y respeto por la vida humana. Algunos datos parecen indicar que un sujeto que se presume ser un individuo importante en la cuestión de negocios agredio al delantero americanista a raíz de una discusión por la falta de gol del equipo azulcrema, delantera de la cual Cabañas forma parte. Es verdaderamente lamentable y condenable que alguien se crea con el derecho de poder agredir a quien se le antoje solo por que cree pueda hacerlo porque su opulencia economica se lo permite.
El caso de la agresión sufrida por el delantero del club América de futbol; Salvador Cabañas a manos de un sujeto que le disparo en el bar Bar en la ciudad de México es una muestra de la opulente delincuencia que se vive en este país, aunque en este caso de una insultante y flagrante agresión a la tolerancia, y del inhumano desinterés y respeto por la vida humana. Algunos datos parecen indicar que un sujeto que se presume ser un individuo importante en la cuestión de negocios agredio al delantero americanista a raíz de una discusión por la falta de gol del equipo azulcrema, delantera de la cual Cabañas forma parte. Es verdaderamente lamentable y condenable que alguien se crea con el derecho de poder agredir a quien se le antoje solo por que cree pueda hacerlo porque su opulencia economica se lo permite.
En nuestro país el poder, la opulencia y sus vicios han hecho un paraíso para violar los derechos humanos, los derechos básicos de cualquier individuo. El poder económico, político y mediático parecen ser atributos en estos dias que son buscados por muchos para burlar todo estado de legalidad y derecho, y sin duda se sabe que siendo antivalores estos; son creadores de fama y de reconocimiento popular, respaldados en todo momento por los que debían vigilar y hacer observar las leyes; títeres y empleados que terminan siendo casi siempre.
El caso Cabañas a atraído la atención de la media nacional e internacional, el caso como tal podría pasar desapercibido si el paraguayo no fuera una persona mediática que pertenece a uno de los equipos más populares de futbol del país, situación que provoco la rápida movilización de los cuerpos policiacos de la ciudad (si es que se le puede llamar rápida a la tortuguesca acción de los mismos, además de torpe y desorganizada). Casos similares en la cotidianidad reciben un trato indiferente, lento, indigno y hasta doloso; como no llegan a ser noticia son ignorados por todos, solo las familias que llegan a sufrir tragedias llegan a ser los registros vivientes de la impunidad e injusticia que se imparte por las instituciones en este país. Otros ejemplos mediaticos han sido el caso de la discoteca News Divine o de la guarderia ABC, otros mediáticos pero de bajo perfil como el caso Jacinta en Qro o de las locutoras asesinadas en Oaxaca. Todos estos ya casi en el olvido.
Por otro lado la difusión y recursos invertidos en ayudar a los damnificados de Haití por parte de México; contrastan con la ayuda a cuenta gotas que se da a los millones de mexicanos que viven en pobreza extrema, quienes han sido olvidados por su goberno, por su sociedad y no son de primer plana; y no me refiero a los subsidios, sino a programas reales para combatir la pobreza.
Seguimos siendo un colectivo malinchista, masas manejadas por el sistema, y con proclividad a las tendencias mediáticas. Somos un país sin memoria y por lo mismo sin juicio al estado de gobernabilidad dle país, sin respeto al derecho y las garantías individuales, pero sobre todo carente de bases para la mejora y el crecimiento.