Pedro era un padre, esposo y ciudadano feliz; entre semana ayudaba a su esposa , llevaba a los hijos a la escuela y ayudaba en algunas tareas domesticas, en el dia atendia su taller con el cual gracias a su empeño, entrega y dedicación tenia siempre trabajo, por la tardes gustaba ver televisión con la familia y escuchar musica antes de dormir. Los sabados tomaba cerveza con los compadres y amigos, cerveza con el gusto de beberla con la compañia de los cuates, sin mas pretensiones. Los domingos temprano ayudaba con el almuerzo, y el resto del dia lo ocupaba en pasear con su esposa y sus hijos e ir a la iglesia principalmente.
El clima cambio, las noticias de inseguridad de ciertas ciudades que antes parecían muy lejanas hoy eran de su propia ciudad, entresemana habia recibido varios mensajes para recoger a sus hijos a la escuela por amenazas de que algo malo pudiese ocurrir, las noticieros en la television solo hablaban de extorciones, ejecuciones, amenazas; ya no oia la música con la tranquilidad de que antes gozaba, los sábados las platicas con los amigos era de lo que habia ocurrido en la ciudad, de lo que ocurria a los conocidos y de lo cual nadie se enteraba, solo ellos; solo entre platicas de allegados. Poco a poco los domingos dejo de salir, incluso su fe se fue diluyendo; ya no asistia a la iglesia con la prestancia añeja. Caminar por las calles de la ciudad le provocaban incertidumbre, miraba y escudriñaba a los transeuntes con quien se topaba, veía como algun ruido estruendoso captaba la atención de todos alrededor.
En los noticieros veía un circo de políticos vociferando ser únicos dueños de la razón y hablando de su país como una mercadería, los representantes de su iglesia salian a incriminar a sectores de la sociedad mientras algunos de ellos mismos eran evidenciados por practicar lo que condenaban, hablaban de capos, de lugartenientes, de armas y de muertos en esta nueva guerra, veía como la selección de futbol recibia mas reconocimiento y espacio que noticias más importantes.
Pedro habia perdido la esperanza, la fe, la credibilidad por las instituciones y por las personas, caminaba ahora con un nuevo sentimiento que antes poco habia experimentado, no entendia que pudo pasar para llegar a ver su ciudad en estas condiciones y más aun, cuando podría todo volver a la calma.
Pedro sigue su camino y con más frecuencia ve a algunos con una incertidumbre semejante a la de el.
El clima cambio, las noticias de inseguridad de ciertas ciudades que antes parecían muy lejanas hoy eran de su propia ciudad, entresemana habia recibido varios mensajes para recoger a sus hijos a la escuela por amenazas de que algo malo pudiese ocurrir, las noticieros en la television solo hablaban de extorciones, ejecuciones, amenazas; ya no oia la música con la tranquilidad de que antes gozaba, los sábados las platicas con los amigos era de lo que habia ocurrido en la ciudad, de lo que ocurria a los conocidos y de lo cual nadie se enteraba, solo ellos; solo entre platicas de allegados. Poco a poco los domingos dejo de salir, incluso su fe se fue diluyendo; ya no asistia a la iglesia con la prestancia añeja. Caminar por las calles de la ciudad le provocaban incertidumbre, miraba y escudriñaba a los transeuntes con quien se topaba, veía como algun ruido estruendoso captaba la atención de todos alrededor.
En los noticieros veía un circo de políticos vociferando ser únicos dueños de la razón y hablando de su país como una mercadería, los representantes de su iglesia salian a incriminar a sectores de la sociedad mientras algunos de ellos mismos eran evidenciados por practicar lo que condenaban, hablaban de capos, de lugartenientes, de armas y de muertos en esta nueva guerra, veía como la selección de futbol recibia mas reconocimiento y espacio que noticias más importantes.
Pedro habia perdido la esperanza, la fe, la credibilidad por las instituciones y por las personas, caminaba ahora con un nuevo sentimiento que antes poco habia experimentado, no entendia que pudo pasar para llegar a ver su ciudad en estas condiciones y más aun, cuando podría todo volver a la calma.
Pedro sigue su camino y con más frecuencia ve a algunos con una incertidumbre semejante a la de el.
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