No se si llamarlo una declaración de hechos acerca de como he atentado contra mi cerebro; por esa simple presunción debería ser castigado, desafortunadamente ese castigo ha llegado solo y sin previo aviso, hace mucho que no escribo y esa debería ser feacientemente la prueba de lo que declaro.
Desde hace algunos años comencé una etapa la cual supuse como una etapa de cambio, un cambio; si, al fin obligado; sin embargo, acusando a algunos de mis principios lo tome como un reto y aprendizaje; si, de todo trato de aprender algo, sobre todo de aquellas situaciones que me son nuevas o diferentes. Solo que a veces estamos tan absortos o ensimismados que perdemos la noción de algunas cosas importantes; sin embargo, hay un elemento que no espera por todos; ni le interesan los detalles, las formas y los planes, el señor tiempo siempre tan sobrio, tan elegante y sobre todo tan estricto. Hoy ese cambio no lo fue tanto y amenaza con cegarnos.
En este momento que la vorágine del elixir del conformismo mental decae y mengua su fatal veneno, y me permite momentos de lucidez, aprovecho para registrar en algún recoveco de mi subconsciente para arrojar migajas de pan y darle trazas de registro para que algún momento vuelva a buscarse así mismo.
Empiezo a tropezar con los zombies convencionales de esta sociedad: las miradas vacías, los torpes movimientos, las frases insulsas trilladas y los comportamientos estereotipados no hace difícil reconocerlos; un ejercito con vestimentas podridas del tejido del consumismo esnobista los alinea con facilidad; aun reconozco la diferencia de no practicar esos andares y respiro aliviado.
Aprovecho los momento de lucidez y le dejo este mensaje a mi cerebro, cuantas veces reíamos y bromeábamos, recordando esos momentos justos y precisos en que el sarcasmo nos unía. Mea culpa; yo te abandone ......
1 comentario:
Es bueno ver y saber que a pesar de lo que nos cuentas, aun tienes la capacidad de la buena y acertada redacción de tus ideas...
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