2016-05-09

Los adolescentes en tiempos del narco



Por Pepe Flores


En este tiempo es común ver a un gran número de adolescentes y niños oyendo música con celular en la mano, y algo que me llama la atención es que un gran porcentaje de ellos oye música relacionada con temas de narcotráfico.

En la sociedad actual de acuerdo a versiones oficiales cada vez más el negocio del narcotráfico voltea a ver hacia los adolescentes e infantes como fuente de reclutamiento. El tema ya es de por si preocupante, si le sumamos a eso que la adolescencia e infancia esté cada vez más expuesta y sobre todo dispuesta a participar en ello; lo es más.

En Tamaulipas de acuerdo a un estudio de Rubén Guerrero para Criminociencia en una escuela primaria encontró que sobre los aspectos de identificación de los niños con la estructura social del narcotráfico, el 98% de los niños se identificaron y solamente el 2% no se identificaron. De acuerdo a los resultados y conclusiones del estudio: “los niños están aprendiendo de la estructura social del narcotráfico; donde la sociedad que los rodea tiene más juicios positivos hacia ella que juicios negativos, esto quiere decir que si el niño sigue con esos ejemplos, en un tiempo futuro el niño tiene muchas probabilidades de tomar el camino hacia las conductas antisociales”

Apenas el año pasado las autoridades detuvieron a Ángel apodado “El Niño Sicario”; este infante habría entrado en las filas del crimen a la edad de trece años, y hasta los dieciséis se le adjudicaban cincuenta asesinatos, es impactante saber que casos como este se repiten cada año, desde hace poco más de una década.

Ante una situación como esta cabría preguntarse: ¿Quién está influenciando a nuestros adolescentes? De acuerdo con un documento de la SSP (Secretaría de Seguridad Pública, 2010), el cobijo que buscan los adolescentes en las figuras idealizadas de narcotraficantes, puede tener origen en el desgaste de la figura paterna que padecen la mayoría de los mexicanos; mientras que las aspiraciones gansteriles, tienen su origen en la necesidad de atención y reconocimiento familiares.

En esta situación es común oír que la causa principal es la descomposición del tejido social; como condescendencia colectiva me parece que es un recurso muy socorrido. Sin embargo, creo que existen varias respuestas a ello; a la situación como esta; individual y colectivamente, asumo que está relacionada con la satisfacción de instintos primarios, con esa necesidad de poder y de sobrevivir a la vez. Siendo la adolescencia una etapa de la búsqueda de la personalidad; los jóvenes pueden ser muy influenciables, además si no cuentan con una fuerte base de valores y principios, por la búsqueda de aceptación de grupos pueden llegar a verse atraídos por lo que está en actualidad, y esto es en nuestros días; los tópicos de la narcocultura.

Internet, televisión abierta, radio, periódicos; ofrecen una saturación a la narcocultura, ¿Qué se puede hacer para combatir esto? Educar, culturizar, revalorizar y fortalecer los principios familiares; podrían ser un buen inicio.

Pero lo sabemos; solo podemos llegar a esa mejora del colectivo empezando por nuestras casas, por nuestros hijos y hermanos, y llegar a evitar que cada semana aparezca otro “niño sicario” en las noticias.

Columna desarrollada en el taller La columna: entre el periodismo y la literatura Vol.2 del 
Instituto Tamaulipeco para la Cultura y las Artes (ITCA)

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